LACROIX City

Los territorios representan intensos lugares de innovación, y detrás de estos desafíos se encuentran los representantes electos y los ciudadanos. Hoy tenemos la misión de cubrir sus necesidades en términos de movilidad inteligente. Los elementos que nos permiten dar respuesta a todas estas expectativas en constante evolución son nuestros productos y soluciones, por supuesto, pero también y sobre todo nuestra capacidad de escucha y nuestra agilidad.

Le mot du président

Cuando unificamos nuestras Unidades de Negocio bajo un mismo nombre en 2018, teníamos un doble objetivo: convertirnos en el proveedor de movilidad de referencia y simplificar el posicionamiento de LACROIX City ante las expectativas de nuestros clientes en un contexto y con una ambición de creciente internacionalización. La sinergia de nuestras áreas de conocimiento nos permite abordar mercados en constante evolución gracias a unas innovaciones que se acaban implementando en casos de uso en el terreno.

Esta colaboración ha sido gradual: cada una de las adquisiciones estratégicas realizadas en estos últimos años ha sido como un ladrillo más para que LACROIX Signalisation y LACROIX Traffic se pasaran a la era de LACROIX City. Así lo demuestran las sucesivas incorporaciones de SOGEXI, líder francés en conexionado eléctrico de alumbrado, y de DSTA, líder español en señalización vial dinámica en 2015, brindando nuevas oportunidades a LACROIX City en el ámbito de la carretera inteligente. Gracias a la incorporación de Neavia, experta en V2X, en el seno de la empresa en 2016, LACROIX City ha constituido un área de especialización en infraestructuras viarias conectadas. Finalmente, LACROIX City consolida su liderazgo a nivel europeo en 2018 con la adquisición de SmartNodes, una startup especializada en equipos de «Smart Lighting» (alumbrado inteligente). ¡Varios pasos de gigante en pocos años!

Por ello, hemos tenido que demostrar nuestra agilidad a la hora de adaptar nuestros conocimientos al mercado de la movilidad, un mercado cuya demanda evoluciona desde hace años: más allá de las competencias profesionales, los casos de uso transversales se están convirtiendo en claves en unos proyectos se han vuelto multifacéticos, ilustrándose estos últimos en casos muy concretos (renovación de infraestructuras urbanas o incluso de carreteras). Estoy profundamente convencido de que un territorio inteligente, conectado y sostenible se construye con equipos específicos, sin dejar de centrarse en resolver las problemáticas de uso de los ciudadanos. Este enfoque exige la descentralización de la inteligencia para colocarla lo más cerca posible de la infraestructura, del terreno.

En simbiosis con esta visión, hemos sabido reorganizarnos eliminando los silos organizacionales de nuestras áreas de competencia y agrupando nuestras cuatro fuerzas de venta (alumbrado público, señalización, tráfico, V2X) bajo un mismo estandarte a través de un único interlocutor con el fin de resaltar el valor añadido de cada área de conocimiento en el marco de los desafíos de los clientes, de manera que se complementen perfectamente entre sí. Esta reorganización nos ha llevado a replantear nuestra forma de trabajar a nivel interno, lo cual ha puesto de relieve la contribución única de cada área de conocimiento así como el papel central de cada colaborador. Es habitual que los grandes cambios de una actividad se vinculen al prisma digital, lo cual sigue siendo una realidad: sin embargo, nuestra transformación se ha materializado ante todo en la colaboración de nuestros equipos. Los actores del cambio son los hombres y las mujeres, y no las herramientas.

En un mercado como el de la movilidad inteligente, tanto de nueva creación como en pleno cambio, siempre en movimiento, el desafío consiste en la dinamización de la organización para adaptarse a la evolución manteniendo siempre un rumbo estratégico. Esta adaptabilidad es clave: no se trata de transformarse pasando del punto A al punto B sino de permanecer en movimiento, de pasar a un modo permanente de flexibilidad. 2020 ha sido un ejemplo perfecto de ello: la crisis sanitaria ha revelado una serie de nuevas necesidades en los territorios, entre la gestión del alumbrado público, la mejora de la seguridad o incluso el desarrollo de la movilidad no motorizada. El camino nunca termina y eso es precisamente lo que hace que este mercado sea tan apasionante.